EE.UU. Designa a delincuentes para promover golpe en Venezuela
En el mar de atropellos a la dignidad de los pueblos, EE.UU. agregó un eslabón más: la designación el viernes pasado de un conocido delincuente internacional y lobbista de Israel, como jefe y mentor de Juan Guaidó para promover el golpe de estado en Venezuela. Le llaman, eufemísticamente, «enviado especial para Venezuela».
No es otro que Elliott Abrams. Éste, como asesor de George W. Bush, no solo fue inductor de la intentona golpista del 2002 en contra de Hugo Chávez, sino que propuso, el 2003, la invasión a Irak y su destrucción hasta el día de hoy, utilizando la mentira mediática de la existencia de armas de destrucción masiva. En la década de 1990, Abrams se convirtió en miembro fundador del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, un grupo de expertos halcones neoconservador que desplegó la llamada “Doctrina Bush” o doctrina de las “guerras preventivas”.
También tuvo la iniciativa en la aniquilación de Libia y en el asesinato de Gaddafi el 2011 a través de las presiones ejercidas sobre el gobierno por el grupo llamado Foreign Policy Initiative, sucesor del infame Proyecto para el Nuevo Siglo Americano.
Gaddafi había señalado en la ONU el 2009:
“Nosotros no somos ganado ni animales (…) Tenemos derecho a vivir y estamos dispuestos a luchar y a defendernos. Tenemos derecho a vivir con dignidad, bajo el mismo sol y sobre la tierra; ya nos han probado y hemos superado la prueba”.
“La colonización debe castigarse. Los países que perjudicaron a otros pueblos durante la era colonial deben pagar indemnización por los daños y el sufrimiento que ocasionaron bajo el dominio colonial”
Memorial de la masacre ocurrida en El Mozote
La condición de delincuente de Elliott Abrams no es metafórica. Fue instigador y encubridor de la masacre de «El Mozote», ocurrida en diciembre de 1981, en la que unas 1.000 personas fueron ejecutadas por fuerzas especiales del Ejército del Salvador, que realizaban labores de contrainsurgencia y perseguían a guerrilleros del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
En el Senado norteamericano, Abrams prodigó elogios al Batallón Atlacatl, diciendo que:
«…el batallón al que usted se refiere (en relación con la masacre de El Mozote) ha sido elogiado en varias ocasiones en el pasado por su profesionalismo y por la estructura de comando y control cercano en que las tropas se mantienen cuando entran en batalla».
Las decapitaciones con corvos de víctimas amarradas, violaciones y ametrallamientos, especialmente de mujeres y niños absolutamente indefensos, están acreditadas en la sentencia de 25 de octubre de 2012, de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, párrafos 151 – 169, 170 – 177, 194, 208, 211, 232, 251, 263 y siguientes.
Abrams, fue literalmente condenado penalmente por engañar al Congreso de Estados Unidos,(dos años en libertad condicional), en el conocido escándalo Irán – Contra o Irángate ( 1985 – 1986), en la presidencia de Ronald Reagan. Esta operación clandestina consistió en la venta de armas a Irán por más de 47 millones de dólares, gestionada por Oliver North mediante un entramado de cuentas bancarias en Suiza y utilizado, principalmente, para el financiamiento de la agresión al gobierno de Nicaragua y apoyo a la Contra.
La ayuda a la Contra nicaragüense provenía de tres fuentes: la CIA, el tráfico de armas a Irán y el tráfico de drogas y en ella colaboraba cubanos exiliados en Miami.
El Cartel de Medellín y el Cartel de Guadalajara por medio de Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha, Rafael Caro Quintero, Miguel Angel Felix Gallardo y Juan Matta-Ballesteros montaron una infraestructura en Yucatán para facilitar la introducción de cocaína en los EE.UU. Para esta operación, según documentos hechos públicos recientemente por el gobierno estadounidense, relacionados con el caso Irán-Contras, contó con el apoyo de la CIA.
Los traficantes de droga colombianos y mexicanos apoyaban económicamente a la Contra a cambio de facilidades para introducir drogas en Estados Unidos.
Las relaciones entre la CIA, el cartel de Medellín y el cartel de Guadalajara quedaron de manifiesto en las declaraciones de Ernest Jacobsen, agente de la DEA, en la investigación que abrió la Cámara de Representantes de Estados Unidos sobre el escándalo Irán-Contras. En sus testimonios afirmó que algunos contras eran entrenados en los ranchos de los jefes del cartel de Guadalajara por agentes activos de la Dirección Federal de Seguridad la cual desapareció en 1985 tras saberse que había sido responsable de crímenes de Estado en México y de colaborar con la CIA y la mafia del narcotráfico en el interior de Estados Unidos.
Según publicó el periodista Gary Webb, en el periódico Mercury News de San José (California), la CIA vendió toneladas de cocaína en Estados Unidos durante esos años para pasarle las ganancias a la Contra nicaragüense. Webb declaró que obtuvo la información en esa época a partir de «informes desclasificados, testimonios dados en cortes federales, cintas grabadas en secreto, transcripciones de cortes nacionales e internacionales y cientos de horas de entrevistas en los últimos 12 meses» con la ayuda de dos compañeros periodistas, Georg Hodel y Leonore Delgado.La serie de artículos periodísticos se denominó «Dark Alliance» ( la Oscura Alianza) y dio lugar al libro del mismo nombre.
Gary Webb apareció muerto el 10 de diciembre de 2004. Fue asesinado pero se informó de un supuesto «suicidio» con dos tiros en la nuca.
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Abrams, además, se encuentra involucrado en el crimen de otro norteamericano por el caso Irán – Contra.
Tras la información de que en los ranchos de los narcotraficantes mexicanos se entrenaban contras y se recibía la cocaína procedente de Colombia, la DEA estadounidense ordenó a su agente Enrique Camarena Salazar investigar la ubicación de los complejos de drogas en Centroamérica y el movimiento de los dineros ilícitos de los narcotraficantes latinos, los cuales tenían como destino financiar a los contras.
Estas nuevas revelaciones apuntan a que agentes vinculados con el Gobierno de EE. UU., encargaron el asesinato de Camarena a un personaje novelesco, Félix Ismael Rodríguez, alias El Gato, un cubano que participó en la frustrada invasión de Bahía de Cochinos y en la muerte de Ernesto Che Guevara en Bolivia en 1967.
El 7 de febrero de 1985, Camarena y su piloto Alfredo Zabala Avelar fueron secuestrados, torturados y asesinados en México.
Héctor Berrellez, quien dirigió la investigación del asesinato de Camarena, indicó que éste fue secuestrado y asesinado «porque se le ocurrió que teníamos que perseguir el dinero, no las drogas». «Estamos agarrando una enorme cantidad de enervantes. Sin perturbar a los cárteles».
En febrero de 1985, Camarena salió al encuentro de su esposa para el almuerzo fuera del consulado de EU en Guadalajara, fue rodeado por agentes de inteligencia mexicanos de la DFS, una agencia de inteligencia mexicana que ya no existe. Con los ojos vendados y a punta de pistola, los agentes de la DFS llevaron a Camarena a una de las haciendas de Caro Quintero, a unas cinco millas de distancia.
En octubre de 2013, exagentes de la DEA afirmaron que la autora intelectual de la muerte de ambos estadounidenses fue la CIA, debido a que Camarena descubrió las operaciones de tráfico de drogas entre los narcos latinos y el gobierno estadounidense.
Héctor Berrellez, exagente de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), denunció que miembros de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) habrían participado en el secuestro y asesinato del exagente antidrogas Enrique Camarena Salazar, en 1985, de cuyo crimen fue responsabilizado el narcotraficante mexicano Rafael Caro Quintero.
En un documental transmitido, el 2013, por la cadena de noticias Fox News, Berrellez ratificó que además de la CIA, también participaron integrantes de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS) mexicana.
“Nuestras agencias de inteligencia trabajaban entonces bajo cubierta de la DFS, y como he dicho antes, desgraciadamente, los agentes de la DFS en ese tiempo también se encargaban de proteger a los jefes narcotraficantes y su dinero”, dijo Berrellez.
En el documental se indicó también que el interrogatorio y tortura de 30 horas a los que fue sometido Camarena Salazar fue grabado por la CIA. El exagente antidrogas sufrió graves fracturas antes de morir. Lo flagelaron hasta romperle las costillas y perforarle la cabeza, además de torturarlo con una picana. Para evitar que el agente de la DEA muriera, mandaron traer un médico, el cual le administró lidocaína para mantenerlo vivo.
Jordan, ex jefe de la oficina de la DEA en El Paso (Texas), dijo haber sido informado por un colaborador de la CIA, Guillermo González Calderoni, ex comandante de la Policía Federal mexicana, que integrantes de la Agencia Central de Inteligencia habían conducido el interrogatorio y grabado la tortura de Camarena. Le confió que la CIA intervenía en operaciones de drogas de Sur y Centroamérica rumbo a Estados Unidos, tema que tomó relevancia durante las décadas de los ochenta y noventa.
Además, en la grabación se informó que elementos de la DFS, vinculada con la CIA, habrían protegido la huida de Caro Quintero, después de haber asesinado al agente estadunidense.
La denuncia de estos hechos se basa en las declaraciones de Berrellez, Jordan y de Jimmy Gurule, ex fiscal federal adjunto de Los Ángeles. Se debe agregar otro informante: Tosh Plumlee, expiloto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) quien dijo que fue contratado por Setco para llevar a cabo misiones secretas en nombre de la inteligencia de EU. Voló un C-130 dentro y fuera de la hacienda de Caro Quintero y aeropuertos en toda América Central en la década de 1980. Según un informe del Inspector General de la CIA, Tosh Plumlee, entregó «suministros militares a fuerzas Contra del interior de Nicaragua».
Esta información fue entregada el 2013 tras la liberación de Caro Quintero, quien cumplió 28 años de una condena de 40 años, debido a que un tribunal federal de Guadalajara consideró que fue juzgado en forma indebida por el crimen de Camarena Salazar.
El director de la CIA en aquella época, William J. Casey, en declaraciones al periodista Bob Woodward, admitió, en febrero de 1987, que era consciente de las acciones que la agencia de inteligencia estaba realizando para la financiación de la contrarrevolución nicaragüense. El 6 de mayo de 1987, en Roslyn Harbor, Nueva York, William Casey, murió » casualmente», justo el día después de que el congreso comenzara sus vistas públicas en el asunto Irán-contra. El escándalo fue destapado por una comisión de investigación del Senado de Estados Unidos en 1986. Casey fue llamado a declarar pero horas antes del interrogatorio, fue inhabilitado para testificar y posteriormente lo hospitalizaron. Casey permaneció ingresado hasta su fallecimiento a causa de un tumor cerebral.
Elliot Abrams, heredó la tradición de Estados Unidos de elegir delincuentes y criminales internacionales para canalizar agresiones cobardes en contra de los pueblos del mundo. Es un fiel reflejo de Henry Kissinger, gestor del golpe de estado en Chile contra Salvador Allende y de la masacre que lo continuó, en septiembre de 1973.
Se recuerda lo que Kissinger le dijo al dictador Pinochet,el 8 de junio de 1976, en su visita en Santiago:
“…en Estados Unidos, como usted sabe, sentimos simpatía por lo que usted está tratando de hacer aquí. Yo pienso que el gobierno anterior iba en la dirección del comunismo. Nosotros deseamos que a su gobierno le vaya bien”.
«Elliott será un verdadero activo en nuestra misión de ayudar al pueblo venezolano a restaurar plenamente la democracia y la prosperidad en su país».
“La pasión de Elliot por los derechos y las libertades de todos los pueblos lo convierten en un candidato perfecto, valioso y oportuno”
La ironía está colocada en lo que Abrams piensa de Trump.
El 2016, Abrams escribió en un artículo de opinión publicado en Weekly Standard, titulado: «When You Can’t Stand Your Candidate» («Cuando no puedes apoyar a tu candidato»).
En ese comentario, le advirtió a su partido (Republicano), que «ha nominado a alguien que no puede ganar y que no debería ser presidente de Estados Unidos«.
En esta foto del 2 de junio de 1987 se ve a Elliott Abrams poco antes de testificar ante el poder legislativo estadounidense por el caso Irán-Contra.
Abrams, quien habla un fluido español, al iniciar su cometido instruyó a Juan Guaidó, el auto proclamado usurpador en funciones, dar un salto al vacío institucional. Le ordenó designar como «representantes diplomáticos» de su gobierno ficticio a René De Sola ( Ecuador), Elisa Trota Gamus (Argentina), Orlando Viera Blanco (Canadá), Guarekena Gutiérrez (Chile), Humberto Calderón Berti (Colombia), María Faría (Costa Rica), Carlos Vecchio (Estados Unidos), Claudio Sandoval (Honduras), Fabiola Zavarce (Panamá), Carlos Scool (Perú) y Julio Borges (Grupo de Lima).
Con ello, el Departamento de Estado norteamericano ha sellado la suerte de los conspiradores ya que sin el respaldo efectivo del aparato estatal venezolano la entelequia que han armado se desplomará por la simple inercia de la realidad. La designación de Abrams, por otro lado, despeja el engaño. Resulta evidente a la opinión pública internacional que EE.UU., no persigue conseguir la democracia y la paz en Venezuela. La dominación y el petróleo son los objetivos. El pasado condena a Abrams y ello permite visualizar, detrás de los discursos, la nítida pulsión por conseguir el poder geopolítico total.
La actualidad no sorprende—el homicidio, atropello, mentiras, la degradación de nuestros principios. Son los tiempos actuales…todo está permitido y los Estados líderes barren con los pueblos pobres a veces emergentes. Como chileno, no ignoro lo sucedido en mi país y aún hoy casi a 50 años de acontecido —las heridas están latentes…ni perdón ni olvido.
Los Estados Unidos de Norte América acostumbran a realizar a piachere sus»negros»intereses: Viet-Nam, Camboya, Cuba Chile, Irak, Irán y ahora Venezuela?
Posiblemente, la memoria de nuestros pueblos de «patio trasero» se esfuma pero el «sheriff» del país del norte es como el rufián que apalea a sus hermanos menores.