VULNERACIÓN AL DERECHO INTERNACIONAL: EL ATAQUE TERRORISTA A LA EMBAJADA DE COREA DEL NORTE

A más de un año del asalto a la embajada de Corea del Norte, en España, por parte de 10 delincuentes ligados a la CIA, el hecho cobra relevancia y actualidad con el atentado a la embajada de Cuba, en Estados Unidos, consumado por el terrorista Alexander Alazo, de 42 años, de Aubrey, Texas, quien, con un fusil de asalto AK-47, este 30 de abril, abrió fuego en contra de la legación diplomática.
El caso de Corea del Norte se remonta al 22 de febrero del año pasado.
Así lo sintetizó el portal de noticias Telemundo:
Un comando de estilo militar asaltó la embajada, ató y golpeó a sus empleados, y huyó en carros de lujo con información secreta. Los servicios secretos españoles apuntan a la CIA y el FBI. Esto es lo que se sabe del misterioso ataque sólo cinco días después de la reunión de Trump y Kim Jong en Vietnam.
Consultado el dirigente del PC – AP, de Chile, Eduardo Artés, comentó:
“Este caso es un ejemplo palpable que Estados Unidos no respeta la soberanía de ninguna nación, menos la protección internacional a las embajadas y consulados. Atropella la buena fe que exige la Convención de Viena sobre el derecho de los Tratados de 1969. Un ataque a un recinto diplomático incentiva el crimen y pone en manos de los terroristas a cualquier persona en todo el mundo. Estados Unidos motiva estas agresiones encubriendo a sus culpables. La repercusión la sufrió la embajada de Cuba en Washington que, este año, fue atacada por desalmados”, concluyó.
El diputado del PC, Hugo Gutiérrez, señalo que esto demuestra que “ Trump está desatado”. “ Es parte de la cultura de la muerte que se busca imponer, como lo prueba el asesinato de George Floyd “
Quien denunció internacionalmente el hecho fue Alejandro Cao de Benós:
El diario El País, de España, entregó los siguientes antecedentes:
Los responsables policiales españoles y del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que investigan el asalto a la Embajada de Corea del Norte en Madrid implican a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en ese oscuro episodio. Al menos dos de los 10 asaltantes, que golpearon e interrogaron a las ocho personas que estaban en la legación, han sido identificados y tienen vínculos con los servicios secretos estadounidenses. Interlocutores españoles han preguntado a la CIA por su implicación en el caso. La respuesta ha sido negativa, pero “poco convincente”.
Los asaltantes actuaron «como un comando» y entraron «de manera planificada» la tarde del viernes 22 de febrero de 2019, en el chalé que alberga ese edificio consular en el número 43 de la calle Darío Aparicio, en el distrito de Aravaca. Ataron y amordazaron a su personal y se llevaron varios ordenadores, según fuentes próximas a la investigación, que aseguran que los asaltantes «sabían lo que querían llevarse».
Los agresores maniataron y golpearon a los empleados de la legación y a un grupo de estudiantes de arquitectura norcoreanos que se encontraban allí dentro en ese momento. Al jefe diplomático, Yu Sok So, encargado de negocios de Corea del Norte en Madrid, los asaltantes lo separaron del resto del grupo. Lo llevaron a una habitación para interrogarle. Querían saber qué trabajo había desempeñado el anterior embajador, Kim Hyok Chol, que fue uno de los personajes claves que facilitaron el último encuentro en Hanoi (Vietnam) entre Donald Trump y Kim Jong-Un.
LA INVESTIGACIÓN JUDICIAL EN ESPAÑA
El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, en marzo de 2019, levantó el secreto de esta investigación en un auto judicial en el que apunta a la comisión de delitos de allanamiento de morada, detenciones ilegales, lesiones, falsificación documental, amenazas y robo, cometidos por una organización criminal.
Han sido identificados como responsables el ciudadano estadounidense Sam Ryu y el surcoreano Woo Ran Lee. Por su parte, el líder de los delincuentes, Adrián Hong Chang, ciudadano mexicano residente en Estados Unidos, después del asalto, se desplazó a Lisboa, donde tomó un vuelo que llegó a New Jersey el 23 de febrero de 2019, y cuatro días después se trasladó a Nueva York y contactó con el FBI, para facilitar el material audiovisual que había obtenido.
ENTRADA EN LA EMBAJADA
Según el relato del juez, el presunto líder del asalto, Adrián Hong Chang, se presentó en la embajada, con el nombre falso de Matthew Chao, a las 16.34 horas, del 22 de febrero, y pidió ver al encargado de negocios. Aprovechando un descuido, dejó pasar al resto del grupo y portando machetes, cuchillos, barras de hierro y armas cortas simuladas, «comenzaron a golpear violentamente a sus ocupantes, hasta que consiguieron reducirlos y colocarles grilletes y bridas para inmovilizarlos».
Una de las personas retenidas pudo saltar desde el primer piso y escapar por una de las salidas, donde fue vista por un ciudadano que solicitó asistencia sanitaria y policial.
ENGAÑO A LA POLICÍA
Al llegar la policía, los agentes llamaron a la puerta y les abrió el propio Hong Chang, que se había colocado un pin, (Insignia que se sujeta con un alfiler o broche a las prendas de vestir), con la cara del presidente de la República Popular de Corea Kim Jong Un. Tras presentarse como un alto representante, les indicó que no había ningún problema y que, si había alguien herido, debían comunicarlo oficialmente al Consulado.
Tras 60 minutos en la sala de reuniones, tres de los asaltantes se llevaron al encargado de Negocios al sótano y allí le incitaron a abandonar Corea del Norte, «identificándose como miembros de una asociación o movimiento de derechos humanos para la liberación de Corea del Norte».
Cuando éste les aseguró que no traicionaría a su país y no desertaría, fue de nuevo maniatado y le volvieron a cubrir la cabeza con una bolsa negra.
Mientras retenían a las personas que se encontraban en la embajada, los asaltantes se apoderaron de un par de «pendrives», dos ordenadores, dos discos duros (uno de ellos de almacenamiento de imágenes de seguridad) y un teléfono móvil. Una parte del grupo dejó la embajada a las 21.40 horas, tras dejar a «las personas que habían detenido inmovilizadas con bridas y grilletes». Posteriormente, Hong Chang y otro de los asaltantes salieron por la parte trasera y tomaron otro vehículo. Hong, bajo el nombre de Oswaldo Trump, tomó un Uber hasta cerca de Toledo. Al día siguiente aterrizaba en el aeropuerto de Newark y se trasladaba en otro Uber a Nueva York. El 27 entregó los materiales al FBI, pero los federales no informaron de esto a España hasta tres semanas después. Lo de Oswaldo TRUMP, es un claro mensaje a los norteamericanos, recordándoles que no lo pueden traicionar.
LOS AUTORES EN ESTADOS UNIDOS
El juez español José de la Mata, solicitó la extradición a Estados Unidos.
El abogado de los requeridos no es otro que Lee Wolosky, socio del bufete Boies Schiller Flexner, con oficina de Nueva York, quien es un experto en seguridad de amplia trayectoria en la Administración estadounidense, como miembro del Consejo de Seguridad Nacional de los Gobiernos de Bill Clinton y George W. Bush y, posteriormente, representante especial para Guantánamo de Barack Obama. Este defensor apareció cuando se ordenó la detención en los Angeles, California, de Christopher Ahn, exmarine estadounidense y de Adrian Hong, ambos vinculados al asalto de la Embajada de Corea del Norte.
A la fecha, no se ha producido la extradición. Se teme que el gobierno de Estados Unidos obstruya la entrega de los culpables a España para que se haga justicia en un caso de amplias repercusiones internacionales
